viernes, 21 de diciembre de 2007

El gordo

Antes de escribir la tercera y última parte de mi relato, y prometo que la tercera parte será la definitiva, he decido hablar del gordo.

Tengo que puntualizar, no vaya a ser que os confundáis. No, repito, no, voy a hablar de belu. Al menos no exclusivamente. Es una pena, pero lo dejaremos para otro texto. Tampoco voy a hablar de mi (algún mamonazo ya estaría con el hacha levantada). Y no voy a hablar de mi, porque con este cuerpo atlético, no encajaría en el nombre.

Lo de cuerpo atlético, es por mi afinidad con el excelentísimo equipo del Atlético de Madrid.

Y dejo de dispersarme, que me perdéis.

Estas palabras son para el Gordo de Navidad, el tradicional y entrañable Gordo de Navidad. Para algunos marca el inicio de la Navidad, para otros es un día de emociones contrapuestas. Por un lado la emoción de que toque algo (lo que sucede pocas veces), y por otro, la decepción de que no nos haya tocado nada. Entonces no conformamos con una pedrea, o con, al menos recuperar lo que hemos jugado o parte.

Pero lo emocionante es vivirlo en directo, con la radio o la tele puesta de fondo, y esperar el cambio de tono de los niños (tiri riri riririi, tiri riri riririi,…) para subir el volumen y mirar nuestra lista de números para comprobar.

Luego esperamos para ver dónde se ha vendido (siempre en Sort) y ver si le ha podido tocar a algún amigo o familiar.

Y van saliendo premios, y cada vez, estamos más desilusionados, porque como todos los años, seguimos igual. No podemos decir eso de “lo usaré para tapar algunos agujeros”. Una pena, porque mis agujeros son ya casi del tamaño de la Luna.

Pero seguimos con la ilusión hasta que ha salido el último premio, sea cual sea. Por supuesto que vamos bajando el listón. Primero estamos seguros de que nos va a tocar el gordo. Sale y ¡mierda! No lo tenemos. Entonces nos conformamos con un segundo. Se repite la película. Cuando ya sólo nos quedan los cuartos premios, ya estamos pensando en que al menos, a ver si nos da para una cenita en condiciones.

Al final coges los décimos y los guardas. Porque no los tiras. ¿Y si me he equivocado al mirar la lista? Insistimos y nos llevamos el taco de números a la administración de lotería a que nos los pasen por la máquina. Todavía pensamos que en la pantalla esa que tienen va a salir que nos ha tocado. Pero nada. Otro año que nos hemos dejado una pasta en lotería y no nos ha tocado nada.

Pero…, este año seguro que sí. Si no aparezco estos días es que me ha tocado….

Y si no, a mi el gordo no me va a tocar (como no me traiga al belu y deje que me manosee un rato), pero a alguna, sí que le va tocar (o toquetear) el gordo…

Suerte y a ver si este año sí que sí.

5 comentarios:

belushy dijo...

joer, mira que eres vengativo.... "gordito"... y tranquilos que este año toca. posiblemente los cohones, pero algo nos tocará...

Manz dijo...

Te prometo que cuando leí lo del gordo inmediatamente pensé en... bueno, lo cierto es que en lo que no pensé es en la lotería.

Se te olvidó mencionar lo de "mientras haya salud...", aunque eso ya es un tópico.

Quedo agradecido por tu breve aparición con paréntesis sobre las "Piedras verdes" incluido.

Por cierto, le falta algo de color a ésto ¿no?
Veamos en cuantos intentos consigo acertar la contraseña y el código de seguridad.

belushy dijo...

Coño Cetor, créate una cuenta Gmail, y así tienes acceso directo, a esto, al lector de Feeds, calendario.. etc..

Manz dijo...

-_- ¡¿¿Que te chupe queeeeeeeee??!

Carlos B dijo...

pos yo tambien pense que era el gorod de la loteria al principio eh? sera porque estamos en las fechas, ami no me toco na, en mi pueblo toco un 5º premio, 5.000 leros por cada decimo

yo como cetor a averiguar la contraseña