jueves, 9 de septiembre de 2010

El hombre como ser social

El ser humano está diseñado para relacionarse con el entorno y el resto de personas que le rodean.
Lo interesante es la diversidad de maneras en las que esta interacción se realiza. Es lo que llamamos carácter. La primera clasificación generalista es la de introvertidos y extrovertidos, que se traduce (en lenguaje vulgar) en tímidos y atrevidos. Pero eso es sólo quedarse en la superficie.

Voy a detallar los distintos modos de comportarse de la gente, en función de mi experiencia. No les voy a poner nombres, porque no sé si sería capaz. Me voy a limitar a detallar los comportamientos.

- Aquellos que se sienten extraños e incómodos en cualquier reunión, acto, situación que conlleve gente. Pueden ser inadaptados sociales o tímidos absolutos. Al final los encontramos apartados y sin integrarse o entablar conversación.
- Aquellos a los que les cuesta relacionarse. Las razones son múltiples. Dentro de esta tipología nos encontramos con los que tras un tiempo (entre 10 minutos e infinito) se sienten cómodos y son capaces de establecer relaciones y trato con las personas y los que nunca se van a sentir cómodos pero hacen algún que otro esfuerzo por integrarse. Yo he conocido gente de este tipo, y son difíciles en el trato a medio/largo plazo.
- Aquellos que se relacionan perfectamente con el resto y son agradables y amenos. Es lo que llamamos una persona normal. Luego puede ser un sicópata o un asesino en serie, pero sabe defenderse en los eventos sociales, no llaman la atención.
(ahora vamos subiendo de grado
- Aquellos que sólo saben relacionarse con gritos y amenazas. El típico "jefe". Se hace lo que él dice y punto (pelota). Y si no, ya lo hace él. Obviamente, con un tono seco y poco agradable. Ellos son felices así y les motiva eso de intimidar y gritar a la gente. Me imagino que es carencia de afecto y que con un maratón de sexo se ablandarían un poco (o no).
- Aquellos a los que les gusta la discusión. Llevan siempre la contraria y lo que les va es la marcha. Son útiles en dosis pequeñas porque hacen que la gente no se aburra, pero cuando es constante son un poco pesados y difíciles de soportar.
- Aquellos que tienen una capacidad innata de hacer reir y divertirse a la gente. Es el típico que siempre cuenta los chistes (bien contados) y que crea un ambiente agradable. Son imprescindibles y difíciles de conseguir. Pero si consigues uno, no lo sueltes que tienen un valor incalculable.
- Aquellos que están a medias de los dos anteriores. No tienen la capacidad innata de agradar y tampoco son unos discutidores pesados. Pinchan y hacen reir. También se les conoce como "Tocapelotas". También es importante tener uno, sobre todo si te falta el contador de chistes.
(creo que este ya es el último)
- Aquellos que son los mejores, o al menos es lo que ellos se creen. Si tú tienes dos, ellos tienen tres (o cuatro). Si tu coche no gasta casi nada, el suyo se alimenta de aire y encima corre mucho más. Si tú has ido a un restaurante muy bueno, él ya se cansó de ir hace años y ahora sólo va a los de súper-lujo. En resumen, lo ha hecho todo, lo ha hecho bien, lo ha hecho con lo mejor y muchas más veces que tú. Lo raro es que no sabes qué hace con nosotros, los simples mortales. Será que se aburren de estar en el cielo.... o que mienten como cosacos y les gusta hacerse notar.

Estoy seguro que conocéis gente de todos los tipos. Como todo en esta vida (menos el sexo y la cerveza) todo es bueno en dosis pequeñas, pero a grandes dosis no hay quien los soporte.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Septiembre

Estamos en septiembre. Un mes curioso. Se acaban la mayor parte de las vacaciones y es el mes de transición del verano al otoño.
A mi es un mes que me gusta, y eso que no suele ser un gran mes. La vuelta al cole y el retorno al ritmo habitual de trabajo y vida suelen hacer estragos. Aún así, me gusta.

El tiempo empieza a hacerse más suave, se puede dormir por las noches, comienzan las tormentas que generan un ambiente que me gusta. La luz cambia haciendo los días distintos. También mejoran los olores. ¿A quién no le gusta el olor de las primeras lluvias?
Es un mes para disfrutar al aire libre, en las terrazas, en los jardines. Un mes de contrastes.

Sin ir más lejos, esta mañana, mientras venía a trabajar, a un lado de la carretera se veía un tímido sol haciendo esfuerzos por aparecer entre las nubes, mientras que al otro, una nube baja flotaba al nivel del suelo en un pequeño bosque. Luz contra sombra. ¡Y qué colores! El amanecer sin nubes es complicado de disfrutar, debido a que el sol es muy fuerte. Pero si le pones unas nubecitas, el cielo se vuelve anaranjado y el efecto es precioso.

¿Cómo será septiembre en Sherish?
Yo me veo paseando por las viñas a primera hora de la mañana, rodeado de una niebla ligera que refresca y humedece ligeramente la ropa. Sin ruidos mecánicos, donde sólo se oye al viento y a los pájaros. Inspirando profundamente para llenar los pulmones de aire fresco y limpio. Y tras un paseo, de vuelta a la casa a disfrutar de un buen desayuno a base de café, pan recién hecho y aceite puro de oliva (ése ligéramente amargo y de tono tirando a verde).

¿Podéis imaginarlo?