lunes, 14 de abril de 2008

El tiempo

No voy a hablar de Meteorología en este post. Me refiero al tiempo del dios Cronos.

Ante todo, podéis comprobar que sigo vivo. Por supuesto que no tengo justificación, pero tampoco os la merecéis mamones (es broma, por supuesto).

Es curioso esto del tiempo. Esos granitos de arena que caen y que van marcando el paso del tiempo. Muy visual. Grano de arena que cae, momento pasado que ya no tiene vuelta atrás. Lo que no hubieras hecho, ya no lo puedes hacer. Cada granito es irrepetible, y aunque luego hagas lo que ibas a hacer, ya no será lo mismo. Si este post lo hubiera escrito hace muchos granos de arena, no sería así, incluso es posible que no hablara del tiempo. Curioso, ¿verdad?

En fin, todos tenemos una gran cantidad de granos de arena para hacer con ellos lo que queramos. Y no valen los castillos de arena de la playa, ni los dibujitos en el suelo con un palo. Cuando nacemos, nos dan un gran saco de arena. Es un detalle que no pese, o al menos durante muchos años. Luego vienen los achaques, y es por el paso del tiempo, o por el "peso del tiempo". El saco de cada uno es distinto, y nunca sabemos cuántos granos contiene. Eso hace que la elección de lo que hacemos con cada grano sea importante.

Los primeros años, nos gestionan la arena. Al principio, no puedes hacer nada. Luego comienzan los problemas por la gestión de los granos de arena. Esto lleva a eternas discusiones. Al final, llega un momento en el que tienes el control total de tu arena. Y ahora es cuando empiza lo divertido. Puedes elegir, pero cada elección es un granito perdido, irrecuperable. Así que hay que pensarlo bien. Normalmente no lo hacemos, y vamos dejando un rastro de arena por el camino.

A lo que viene todo este rollo es a que la frase de "no tengo tiempo" no es cierta. Mi excusa para no haber actualizado este blog era que no tenñia tiempo. No es cierto. El tiempo lo tengo, pero elijo (voluntaria u obligadamente) otras cosas. He tenido ocasiones de escribir, pero o bien he elegido hacer otra cosa, o bien mi estado anímico me ha impedido ponerme a escribir.
En casa no suelo escribir. Prefiero escribir tranquilamente y en casa es más difícil. Entonces tengo que escrbir cuando tengo un hueco en el trabajo. Esto, o bien es raro, o se produce cuando ya me han machacado suficientemente, en cuyo caso no tengo ganas de escribir.

Volvamos a los granitos de arena. Cuando dispones de un granito de arena, tienes que elegir qué vas a hacer con él. En el 90% de los casos, yo diría que no lo hacemos. Nos dejamos llevar y hacemos lo de siempre o lo que se supone que hay que hacer. En mi caso, he desperdiciado montones de granitos de arena, pero es lo que hay. No siempre tenemos una opción interesante de elección, o no disponemos de los medios para hacer uso de los granitos, así que los dejamos correr.
No importa, tenemos muchos,... o no.
Lo importante es que los granitos los elijas bien o al menos que te den satisfacciones. Si dejar caer los granos de arena tumbado en el sofá, bien acompañado te satisface, es un granito de arena bien utilizado. Ahora, si luego piensas que podrías haber hecho algo distinto, es una pena, porque eso ya no tiene vuelta atrás.

En mi caso, de mis propósitos del 2008, ya tengo dos bajas. Una era escribir al menos una vez a la semana en el blog. La otra presentarme al consurso de relatos cortos de mi pueblo. Agua en los dos casos. En ambos porque cuando he tenido tiempo, he decidido hacer otras cosas. ¿Me arrepiento? Sí. Podía haber elegido dedicarle unos ratos y hacerlo. Tengo un par de agujeros en mi saco de arena. Los tendré que coser.

Bueno, pensaréis que se me ha ido la olla, pero eso es el primer síntoma de que sigo escribiendo cosas.

Por cierto, tengo jefe nuevo, así que ya os iré contando.

Besitos a todos.

1 comentario:

Manz dijo...

No te preocupes... me temo que todos sufrimos en silencio esas famosas "pérdidas de arena".

Efectivamente tenemos tiempo, pero no creo que un blog o un concurso sea siempre una prioridad principal. Yo personalmente pienso que pierdo muchísimo tiempo en el trabajo con clientes que no lo merecen, a los que para colmo se les ve venir, pero si les digo lo que pienso me crearé una buena famita.
Descansar en el sofá o tomarte una copa con los amigos puede ser una pérdida de tiempo, pero si no lo hacemos de vez en cuando es más fácil perder la paciencia.
Personalmente prefiero perder un poco de "arena"... ya pasaré la aspiradora.