A mediados de agosto, ya tenían una idea bastante clara de la distribución futura de la casa y de las reformas que había que hacer. Ahora les quedaba ponerlas todas en juntas, perfilar los últimos detalles y pedir presupuestos. En función de los precios, se decantarían por hacer más o menos cosas.
La planta de abajo era la que menos había que tocar, aunque, aún así, se iba a llevar una buena reforma. Decidieron ampliar la cocina y la despensa. En esta planta había sitio de sobra. Moverían los tabiques y tirarían todo el contenido. Necesitaban una nueva instalación eléctrica y toda la fontanería. Había que montar una cocina más amplia y funcional, con aparatos modernos. La despensa se mantendría más o menos intacta; únicamente se ampliaría lo mismo que la cocina. Al lado, pondrían un pequeño aseo.
El despacho se seguiría usando como tal. Se le iba a incorporar un baño con una ducha. Alguien tendría que quedarse cuando había huéspedes y la idea era que durmiera en el despacho en un sofá cama y que pudiera tener un baño completo.
El salón se dividía en dos parte. Un comedor para usarlo como comedor para las comidas, que estaba al lado de la cocina a la que se accedía por una puerta y otra sala, un más pequeña, donde se iban a poner unos ordenadores y una tele.
La parte de arriba se llevaría más obras. Había que poner un baño en cada habitación. Ahora tenían diez habitaciones con dos baños comunes. Eso no valía. Cada habitación debía tener su baño. Eso obligaba hacer una reforma importante. Del mismo modo que abajo, iban a cambiar la electricidad de toda la planta. La idea era mantener el estilo de las habitaciones, con techos altos y vigas de madera vistas. Tendrían que tirar todos los tabiques y hacerlo todo nuevo. Tendrían que sacrificar dos habitaciones para hacer todo eso. Al final quedarían ocho habitaciones (cuatro a cada lado) con su correspondiente baño.
La habitación principal se mantendría, pero se arreglaría el baño. Sería una especie de suite con más lujo y un baño con jacuzzi.
Toni se encargó de los planos. Fue uno de los trabajos que hizo con más gusto de todos los que le había tocado hacer. Una vez visto sobre plano, se veía bien. Las habitaciones eran lo suficientemente espaciosas. Él era el que tenía experiencia en estas cosas, así que se encargó de "pasear" los planos por algunas empresas que conocía o con las que había trabajado.
En paralelo, Lucas y Raúl andaban dándole vueltas a la bodega para sacarle el mayor partido posible. Lucía les ayudaba aportando algunas ideas interesantes. Tenían claro que el escenario se colocaría al fondo de la bodega. Aprovechando todo el ancho, dejaría un espacio de unos tres o cuatro metros, para los camerinos. Se podía acceder a ellos una puerta trasera que tenía la bodega. El escenario lo diseñaron amplio, para poder usarlo para todo tipo de funciones.
El resto de la bodega quedaba como espacio diáfano para el público. Podían llenarlo con sillas y mesas o dejarlo vacío. Pensaron en poner una separación a mitad de bodega, por si querían alguna función con poco público y para que no se quedara sensación de vacío. Esa fue una aportación de Lucía. Una especie de telón en mitad de la bodega que se podía desplegar, haciendo el espacio más pequeño.
A la entrada de la bodega, iban a poner una cocina y una barra para atender a las mesas o para usarlo como bar. Crearían un lateral hasta la puerta que había en la mitad de la bodega. El último tramo sería una especie de trastero donde se almacenarían las sillas y mesas. Necesitaban un espacio donde guardarlas y que estuviera accesible por si era necesario añadir o quitar algo de manera rápida.
Cuando lo tuvieron todo, se sentaron con Toni y lo pusieron sobre papel. De esta manera, lo podían mandar a presupuestar.
La última semana de agosto estuvieron esperando que alguna de las empresas les fuera pasando precio. Era una mala semana, porque todavía estaban en vacaciones, pero como Toni los conocía, se comprometieron a entregarles algo lo antes posible.
- ¿Cuánto crees que nos va a costar la broma? - preguntó Raúl.
- No sé qué decirte. Lo de la casa va a ser caro. Hay que tirarlo todo prácticamente.
- Arriésgate - le invitó Lucas.
- Así por encima, yo diría que no baja de los 100.000 euros.
- ¡Qué! - exclamó Rosa.
- Esto es una obra importante. Hay un montón de trabajo y un montón de materiales.
- ¿Y la bodega? - preguntó Lucas.
- Eso es más grande, pero es más sencillo. Aquí podemos trabajar por partes. Montar la parte de los camerinos y el escenario es barato. Todo el cableado puede ir en el suelo. Es todo tierra y es fácil de meter los cables. Sólo hay que hacer pequeñas zanjas en el suelo. Hacer el trastero también es fácil. Poca electricidad y un par de tabiques. Montamos estanterías y a correr. La cocina y el bar son más costosos. No tenemos agua ni desagües en esa parte. Hay que conectarse a algunos de los que están en la casa o en la bodega. Creo que con unos 30.000 podríamos empezar.
- Al final se nos pone en unos 150.000 - dijo Raúl. Se nos va de las manos.
- No te creas - le rectificó Martín. Lo de los barriles nos ha salido bien. Nos ha dejado más de 80.000. Y luego está la aportación que hemos hecho. Aún así nos falta pasta, pero la semana que viene voy a ir al Ayuntamiento a ver qué puedo sacar. Mis cortos conocimientos legales me han servido para bucear en las disposiciones sobre ayudas y subvenciones. He encontrado algo que nos puede servir.
- Eso está bien, pero lleva su tiempo -recordó Lucía. Si queremos hacerlo todo, nos va a faltar dinero.
- Yo ya había previsto algo así - respondió Lucas. Después de darle vueltas, creo que podemos tener alguna opción. Lo que yo había pensado es empezar por la bodega. Es más barato y más fácil. Podemos montarlo de manera que le podamos sacar dinero para invertirlo en la obra. No tenéis que olvidar, que además de la obra, hay que montar la cocina, las habitaciones, el bar. Eso nos va a costar una pasta.
- Acabas de hundirme en la miseria - se quejó Ana. ¡Esto es muy difícil!
- No tanto - sonrió Lucas. Sólo hay que pensar mucho y preocuparse menos. Mi idea es tener acabado el escenario y una barra de bar que sea capaz de vender bebida para octubre. Nos damos publicidad y montamos una serie de conciertos y actuaciones. De eso me encargo yo. Voy a estar debiendo favores hasta que me muera, pero no voy a dejar de intentarlo. La idea es sencilla; grupos jóvenes, público joven. Actuaciones y bebidas. El margen de beneficio es amplio. Podemos incluso montar alguna fiesta. Halloween por ejemplo. Navidad, Año Nuevo, Reyes. A la gente le gusta la fiesta. Vamos a darles oportunidades. No queremos hacernos ricos, al menos de momento. Queremos que nos conozcan y que nos podamos financiar. No quiero excederme, porque no quiero que nos coloquen la etiqueta de súper botellón. Queremos vender calidad. Buenos precios, lo suficiente para que venga gente y que le saquemos dinero. Vamos a tener que invertir parte del dinero, pero podemos ir sobre seguro. Montamos algo y vemos qué tal va. Al fin y al cabo, tenemos que arreglar la bodega. Sólo digo que lo hagamos antes y le saquemos partido. Si vemos que no sacamos pasta, pues buscamos otras opciones.
- Yo creo que puede funcionar - dijo Lucía. Jerez es un sitio grande, pero no tiene muchas actuaciones.
- Por lo menos alguien tiene ideas - se quejó Raúl. Yo estoy en blanco.
- No te preocupes que ya te tocará. Y si no, siempre te podemos usar para limpiar todo - bromeó Ana.
No era mucho, pero al menos, tenían un sitio por donde empezar.
Durante la siguiente semana, Toni estuvo en Jerez, persiguiendo a las empresas y planteándoles la opción de Toni. Por su parte, Martín se pegaba con los funcionarios del Ayuntamiento. El resto esperaba en la casa. Estaban tensos y nerviosos. Hablaban poco y cada uno se buscaba algo que hacer. Lucas volvió a Jerez para seguir su trabajo y para apartarse del ambiente de la casa. Si se quedaba allí, se bloquearía.
- Me voy a Jerez - comentó. Voy a desestresarme y a hablar con algunos amigos. Quiero tantear el terreno a ver qué les parece. Volveré el viernes por la noche o el sábado por la mañana. Al fin y al cabo, la semana que viene se nos acaban las vacaciones.
Al final regresó el sábado trayendo consigo a Toni. Éste llevaba una serie de carpetas con algunos de los presupuestos.
- Hay que comenzar a tomar decisiones - anunció. He descartado alguno de los que me han dado y me he quedado con los que nos podrían interesar.
A continuación comenzó a explicarles los distintos presupuestos, con las alternativas posibles por plazos y por dinero. Cuando terminó les expuso su recomendación.
- Voy a deciros lo que yo creo que es la mejor opción. Con vuestro permiso, he tanteado una alternativa que me parecía buena. Por un lado, podemos coger la opción del primer presupuesto que os he explicado para hacer la parte de la bodega como proponía Toni. Lo harían tal como habíamos hablado, a excepción de la parte de la cocina y el bar, que o les damos todo, o no lo hacen porque no les interesa. Nos costaría 37.000 y podrían empezar cuando queramos. Se comprometen a tenerlo en un mes. Luego tengo esta empresa , que es la del cuarto presupuesto que os he dado. Ellos harían toda la casa y podrían hacer lo que falta de la bodega. Esto, por supuesto, al final, y una vez que acaben los otros. El coste es de 147.000. Pueden empezar a finales de septiembre. Tenemos que pagarles un 20% al inicio y el resto, durante la obra. Estiman que lo pueden tener para finales de febrero. Serían cuatro meses. Les tenemos que pagar la mitad restante en noviembre, y el resto al final, cuando nos entreguen todo. Antes de que digáis nada os explico. Lo hacen en más tiempo pero porque lo hemos acordado así. Ponen menos gente y lo hacen más lento, pero así nos permite buscarnos otras fuentes de financiación. Incluso he hablado con ellos para el caso de que en febrero no tengamos todo el dinero. Les conozco de hace tiempo y les he explicado lo que hacemos. No les ha gustado mucho, pero me parecía justo que supieran nuestra situación. Podríamos arreglarnos.
- Tengo que digerirlo -dijo Raúl. Parece que está bien, pero tengo que darle vueltas.
- Me parece bien. Pensadlo bien. Mirad todos los presupuesto. Mirad si veis alguna otra alternativa. Mañana lo hablamos.
lunes, 14 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
¡Halaaaaa...!, sin pasar por el técnico del ayuntamiento ya se han metido en faena. Claro, que al ser una parcela rústica no hay que hacer proyectos ni pedir permisos... ¡creo!
No sé si al ser un establecimiento público tengan que pasar por el aro, pero lo que sí tengo claro es que, como los del 112 se enteren de que van a enterrar los cables por la tierra, les cierran el chiringuito, hay que utilizar tubo metálico para aislarlos y... ¡las emergencias!, que no olviden las luces de emergencia, y los baños adaptados para minusválidos, la pintura intumescente con calificación M-0 ¿o era M-1?, las puertas RF... Dios, ¡¡volveré a tener pesadillas!!
...se nota que el delineante está algo verde, yo les recomendaría uno que, por unas migas, unos chorizos parrilleros y una cerveza, les orientaría adecuadamente.
Tocapelotas en acción.
Esto es un relato, no el diario de un constructor deprimido.
Los detalles del cable, luces, etc no interesan al público.
Aún así, hay que decir que los cables van aislados por el suelo.
Y lo que tenemos son presupuestos, no ejecuciones de obra.
Es que os lo tengo que explicar todo.
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