Alguno ya tendrá una sonrisilla en sus labios. Empezamos bien.
Ante todo, hay que hacer una distinción fundamental. Existen los "amigos tocapelotas" y los "tocapelotas". Hay una gran diferencia entre ellos. El eslogan trata sobre los amigos, para que quede claro.
Los otros, son personas de caracter agrio y amargo, cuyo único objetivo en la vida es joder a los demás. Los tenemos en todos los lugares claves de nuestra existencia. Están en el trabajo; el ejemplo claro es esa persona con la que tratamos casi a diario (cliente, usuario, compañero,...) que está todo el día poniendo pegas y enrareciendo el ambiente. Se quejan todo el día, nada de lo que se hace les gusta, no comprenden las cosas. Los tenemos también en los lugares de nuestra rutina; el conductor de autobús que no espera aunque te vea correr, el camarero que te hace esperar o que no te pone lo que quieres, el dependiente que pone pegas a todo lo que quieres comprar, y un largo etcétera. Los tenemos en el vecindario; el tío del bar que te aparca en la puerta a pesar de que le has dicho que deje el vado libre, el vecino que protesta por todo y no quiere cambiar nada, ese niño que deja caer la canica contínuamente en el piso de arriba, la vecina que anda en tacones desde las seis de la mañana hasta que se acuesta. Y como no, los tenemos en la familia, y aquí hay que joderse; el cuñado quisquilloso que está siempre pinchando; la suegra metijosa que opina de todo (siempre en contra) y que no le gusta nada de lo que haces; ese primo que siempre tiene mejores cosas que tú.
Estos son los tocapelotas que nos rodean y nos ponen de mal humor.
Mi eslogan, como he dicho antes, se refiere a la otra categoría de tocapelotas. Son los amigos que siempre hay que tener. Son un valor seguro. Siempre van a estar ahí. Siempre ponen ese tono cínico e irónico necesario para dar pie a una conversación (discusión amistosa). Sabes que nuncan se van a callar y que te van a decir lo que piensan. Lo estoy diciendo en serio. Son los amigos que hacen que se entablen conversaciones entre el grupo, que animan las veladas, que impiden que nos aburramos. Y lo hacen de buena fe. Son queridos e imprscindibles.
Seguro que ya tenéis uno. Si no es así, compradlo o alquiladlo. No os arrepentiréis.
Vuestra vida ya no será igual. Ya no será aburrida. Las conversaciones tendrán más chispa, más mordacidad. Nadie quedará indiferente.
Me despido.
P.D.: Sigo trabajando en Sherish. Ya tendréis noticias mías.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Pos vaya... los tocapelotas chungos crecen y se reproducen a mi alrededor... El único amigable que conozco es el que entrará dentro de poco HA corregirme...
Ya decía yo que me pitaban los oídos... :)
Pues sí, una vez más estoy de acuerdo contigo (y van...)
Lo de tocar las pelotas es un arte, en el que se invierte gran parte del intelecto, es complicado tocarlas al límite, evitando dañar al propietario de las colganderas en cuestión (colganderas ¡qué gran palabra!)
Los malos vecinos, malos compañeros de trabajo, malos presidentes del gobierno, etc... son artistas frustrados.
O simplemente gilipollas, vaya usted a saber.
Me niego a creer que Javier no tenga algún amigo o familiar que toque los huevos inofensivamente por hacer la gracia... y sí, ese "a", es sin hache.
Ya tardabas...
Publicar un comentario