Todo lo bueno se acaba, y lo malo también.
Estamos a finales de agosto. Lo que denominamos verano convencional (en Europa por lo menos) se termina.
Con esta frase, me vienen a la cabeza imágenes del episodio de Verano Azul que trataba este tema. Recuerdo que en el episodio llovía, y todos recogían sus cosas. Los chiringuitos también cerraban y la playa se quedaba vacía. También recuerdo cuando yo veraneaba todo el mes de agosto en la playa. A veces, nos quedábamos unos días a principios de septiembre, y veía como todos mis amigos recogían sus cosas y se marchaban. Al final, nos quedábamos solos. Tampoco es que la playa se quedara desierta, es que la gente con la que habías compartido esos días ya no estaba. Y había mucha menos gente. La verdad es que daba pena.
Ahora es diferente. Hay que reconocer que el mes de agosto por aquí es tranquilo. Esta última semana menos. Comienza a volver todo el mundo. Hay más lío en el trabajo, hay más coches. Como nos hemos habituado a la calma, pues sienta fatal. Piensas que la semana que viene es septiembre. Se terminó lo bueno.
El tráfico comenzará a colapsarse, el tiempo empeorará, la gente se estresará con las rutinas diarias.
Por otro lado, tampoco viene mal el cambio, siempre que pensemos en lo bueno. Después de tanto calor, apetece un poco de fresco y de lluvia. Los primeros días de otoño en los que llueve me gustan. No hace frío, pero el cielo está gris y las calles mojadas. Huele a tierra mojada y notas en viento en la cara. Esos días me encantan. Voy por la calle y lo disfruto. Respiro hondo.
Los que me conocéis, sabéis que siempre le busco el lado positivo a las cosas. Obivamente no me voy a poner a pensar en el estrés, el frío, el tráfico, en que se acaba la piscina y todas esas cosas. Yo pienso en lo bueno de la nueva temporada.
Además, cuando queramos darnos cuenta, estaremos en Navidad...
En fin, a los que se os hayan acabado las vacaciones, ¡ánimo! Y a los que les queden unos días, que aprovechen antes de que comience el mal tiempo y no se pueda ir a ningún sitio.
Por cierto, en Sherish seguimos en verano. De todas maneras, el otoño es suave y no llueve mucho. Si os deprimís en otoño, siempre nos quedará Sherish.
viernes, 28 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Empieza la temporada de asaderos en el campo :D, aleluyah!! La verdad que por aquí el cambio se nota menos... La temporada alta en Canarias empieza a partir de Octubre.. pero no te dan ganas de ir a la playa, el Atlántico es frío de cohones en invierno... pero para pasear por la orilla está cojonudo... Y en cuando al verano... ha sido, por motivos personales, de los peores que recuerdo.. esperando a que termine... para lo bueno o para lo malo..
todo bien?
Mis veranos son raros... mientras mucha gente trasnocha o se va de viaje, un servidor suele tener más trabajo que nunca, porque los "compañeros" del curro se pillan las vacas y hay que dar el callo.
El del año pasado no fué demasiado bueno, es cuando me dí cuenta de la cantidad de cosas que no puedes seguir haciendo con un bebé.
Este me he apañado un poco mejor, he disfrutado mucho más de la baby (estaba más mentalizado), y he hecho un par de escapaditas.
Lo que me ha jodido el verano es la situación actual, que te obliga a estar más pendiente que nunca del trabajo (¡encima en verano!), y el ver que la buena gente que te rodea tiene su futuro pendiente de un puto hilo, mientras que los vagos de siempre siguen chupando de planes E, ayudas sociales y demás inventos... para colmo, éstos últimos ¡son los que más se quejan! No hace falta ser un Belushy para darse cuenta que estoy que muerdo yugulares...
En fín... lo mismo me voy a París, que hace fresquito, y me despejo un poco... en Septiembre. Los veranos soy de terracita en cualquier pueblecito tranquilo.
A la próxima entrada de tu blog, pon el sólamente el título, con mi comentario habra suficiente... XD
Publicar un comentario